El nácar es una sustancia brillante que te ciega cuando abres una concha de ostra. Lanzado por algunos moluscos para recubrir el interior de sus caparazones, se caracteriza por el juego de colores iridiscentes en su superficie. No existe tal material en la naturaleza, a excepción de las perlas recubiertas de nácar, la misma sustancia que le da al nácar su suave desbordamiento iridiscente.
Relativamente fuerte y duradera, la madreperla se ha utilizado durante miles de años en todo, desde el diseño de joyas hasta la arquitectura.
Los botones de nácar fueron populares en los siglos XIII y XIV y la tradición continúa hasta el día de hoy. Encontramos nácar en muchos objetos, desde mangos de cuchillos hasta esferas, desde muebles hasta joyeros.
Al igual que las perlas, la madreperla viene en una variedad de colores, desde el blanco hasta el negro, con deslumbrantes verdes azulados, hermosos rosas y dorados brillantes en el medio. Pero los nombres de los colores no se acercan a describir la apariencia del nácar y sus múltiples matices, que se acompañan de un brillo suave y nacarado.
Quitar la madreperla de una concha es un proceso complejo, ya que es propenso a astillarse y agrietarse. Y la fabricación de objetos tan elegantes, como estos abanicos, requiere una habilidad especial.
¿Has pensado en el origen del aspecto iridiscente de la madreperla? La respuesta está en el propio material de nácar: las células epiteliales secretan placas delgadas o bloques de construcción de nácar.
Las delgadas placas de carbonato de calcio secretadas por el molusco tienen un ancho igual al ancho de muchas ondas de luz. Esto es lo que le da al nácar su belleza única, demandada en la creación de todo, desde joyas y relojes con perlas hasta muebles.
El nácar es la superficie interior iridiscente de una concha de almeja. Es más común en tres tipos de moluscos: ostras perleras, mejillones de agua dulce y abulón. Para proteger el interior de su caparazón de parásitos e irritantes extraños, el molusco lo recubre con nácar, una sustancia orgánica que le da al nácar su efecto iridiscente y su belleza especial. Esta iridiscencia multicolor es causada por la forma en que la luz se refleja en las capas de nácar de la concha.
Galería de joyas con nácar: